Claustro de San Pedro


Construido en la segunda mitad del siglo XIV, pertenece al grupo de los cuatro claustros mudéjares que todavía se conservan en Aragón, al menos parcialmente.

Adosado al lado de la epístola de la iglesia de san Pedro, es decir, en orientación sur, es de planta cuadrada, realizado en ladrillo y presenta tres vanos abiertos en cada lado del patio central, único espacio donde puede vislumbrarse el aspecto mudéjar que pudo tener.

El claustro, lugar en el que reposaron los cuerpos de los Amantes, ha sufrido diversas reformas a lo largo de los siglos, que han ido dejando su impronta. Probablemente una de las más profundas transformaciones fue la realizada a principios del siglo XX, en la que se rebaja el nivel del suelo, se reviste completamente de yeso y se añade la decoración neogótica.

La última restauración finalizada en 2008 estuvo dirigida por los arquitectos Antonio Pérez y José María Sanz y supuso la apertura de este espacio con fines turísticos y culturales.